La iniciativa de cultivo en paja será pionera en Galicia

Comienza una nueva jornada en el huerto infantil municipal. Después del éxito de los talleres de la primavera, que llenaron de vida y bullicio infantil el huerto, julio comienza con cuatro nuevos cursos que tienen como fin enseñarle a nuestros niños y niñas a disfrutar, convivir y trabajar con la naturaleza. Más de medio ciento de niñ@s de infantil y primaria están ya matriculados en los talleres de verano: introducción a la huerta sinérgica (es decir, el maridaje de cultivos en la misma parcela, como el maíz y las habas), jardín ornamental, nuestra huerta y el cole de la hierba.

Alguna de las iniciativas que se desarrollarán este verano en este nuestro huerto urbano son pioneras en Galicia, como el cultivo en paja, que se llevará a cabo en el cole de la hierba. Sí, entre la paja y sin tierra, de forma completamente natural, sin químicos, y tomando nota de la agricultura ecológica y de la permacultura, una forma de cultivar que pretende recuperar, de los primeros tiempos de la agricultura, maneras de trabajar con la tierra más respetuosas con la naturaleza. Otro de los proyectos que se barajan para el verano es la elaboración de elementos naturales para el tratamiento de las plagas. De seguir así, estas niñas y niños nos van a dar mucho que aprender.

La tradición bergantiñana

Alguna de las iniciativas que se desarrollarán este verano en este nuestro huerto urbano son pioneras en Galicia, como el cultivo en paja, que se llevará a cabo en el cole de la hierba.

Bergantiños arrastra una importante tradición agrícola que, en los últimos años, se está perdiendo con el abandono del campo y el envejecimiento de la población, de las últimas generaciones que tenían la agricultura como principal o uno de los principales sustentos económicos de la familia. Tal era la importancia de la producción de cereal en nuestra comarca que, en tiempos, fue considerada toda una despensa en Galicia. Las habas, las patatas o los productos de la huerta siguen protagonizando nuestras ferias.

Enseñándonos el compostero

Para que esta tradición no se pierda, para que las niñas y los niños conozcan la economía tradicional agrícola a la que vivieron apegados sus antepasad@s, para que sepan que las lechugas no nacen en los frigos del super, para darle aliento de futuro al campo y, sobre todo para que disfruten en el presente, Carballo está haciendo una apuesta ilusionada por su huerto infantil municipal.

Y de que los niños y las niñas disfrutan hurgando entre la tierra no cabe duda. Nos lo confirman la algarabía, las risas y las voces todas a hablar a la vez alrededor de la monitora que nos reciben cuando llegamos al huerto. Están en el invernadero y ríen con una botella de tapón agujereado para hacer las veces de regadera. "Mira, tiene ojos", dice un pequeño. Esta gran tropa de pequeñ@s cultivadores nos muestran el huerto, la paja en la  quecultivarán, los composteros…, y nos abandonan para seguir con sus talleres, con una duración de una hora y media por las mañanas: el cole de la hierba, para primaria, los martes y los viernes, de 10.30 a 12.00 y de 12.00 a 13.30h y, con el mismo horario y distribución de grupos, "Nuestra huerta", actividad pensada para infantil que tiene lugar los lunes y los jueves, "Introducción a la huerta sinérgica", los miércoles para primaria, y jardín ornamental, los miércoles para infantil.

Y para el curso, una cooperativa

Hace falta cargar la mochila de conocimientos y habilidades porque, en el nuevo curso, el huerto infantil municipal dará un importante salto cualitativo: en colaboración con los coles, se creará una cooperativa

Hace falta cargar la mochila de conocimientos y habilidades porque, pasado el verano, el huerto infantil municipal dará, con el nuevo curso, un importante salto cualitativo: en colaboración con los coles, se creará una cooperativa que llevarán nuestros pequeños agricultores y agricultoras, con los propios productos que cultiven y que incluso venderán en las pequeferias que organicen.

Hay una ilusión pareja a la de la semilla que brota: ver las manos del niño, de la niña, que la acaricia para que crezca sana.