Leyendas
La leyenda de la ´braña´ de Rus
Cuentan que en la braña de Rus [en gallego se conoce como "brañas" a los humedales], las aguas eran muy blancas y limpias hasta que un gato negro se bañó allí. Se volvieron entonces oscuras y, además, curativas. Desde entonces, este humedal fue conocido como "Los Baños Negros".
Se dice por los alrededores que se escuchan berridos que nadie sabe de dónde proceden. Parece ser, según cuenta la tradición oral, que pueden provenir del propio fondo del humedal
La leyenda de la meiga de los dientes verdes
Cuentan también las leyendas que, en el castro de Costenla, en la parroquia de Rebordelos, hay una meiga con los dientes verdes que todas las noches sale a capturar niños.
La leyenda de la gallina con los polluelos de oro
Se dice que en Rebordelos, en una mámoa que está al lado de la carretera que va a A Pedra do Sal, aparece en los solsticios de verano una gallina con polluelos de oro que es imposible atrapar. También en el castro de Ribeira, en Ramil, en la parroquia de Rus, dice la tradición oral que salen gallinas con pollitos a lo largo del río que pasa al lado del castro.
La leyenda de ´A Pedra Moura´
Pedra Moura
Llama a la atención, por su riqueza, el universo de leyendas y mitos que rodea a los dólmenes. Muchas tienen como protagonistas a las "mouras", personajes ficticios característicos de la mitología gallega.
Cuenta la leyenda que las piedras que conforman el dolmen de A Pedra Moura, en la parroquia de Aldemunde, fueron acarreadas desde el Petón de Calvelo por una moura, mientras fiaba en la rueca y amamantaba a una criatura.
La leyenda de la viga de oro
Son frecuentes las leyendas que hablan de vigas de oro que van de un castro a otro. Recoge la tradición oral que hay una viga de oro (en gallego, "trabe de ouro") que va desde el molino de A Regueira hasta el castro de Aldemunde.
Se decía que había otra que iba desde el castro de Monte Neme hasta el lugar de O Rodo, en Oza, donde también hay otro castro.
Asegura la tradición oral que existe una mina de oro y otra de azufre desde la "furna do Corvo [gruta del Cuervo] hasta el castro de A Torrevella. Si encuentras la de oro, te llenarás de riqueza, pero si das con la de azufre, lo que encontrarás será la muerte.
A lenda das covas de Sofán
Na Alta de Sofán hai un lugar chamado Covas. E, segundo conta a xente maior do lugar, parece ser que hai na zona unhas covas que recorren quilómetros baixo a terra. Hai quen di que poden ir até o lugar de Prearada, tamén na Alta de Sofán, ou de Santa Margarita, moi preto desa mesma zona. Outras fontes contan que van aínda máis lonxe, até Soandres, na Laracha.
É probable que o conto se quede só niso, nun conto. O solo do lugar é granítico, e polo tanto, difícil de desgastar, polo que non é adecuado para a conformación de covas dese tipo.
Las leyendas de castros y ´mouros´
Los cuentos de la gente mayor siempre sitúan a los "mouros" como habitantes de los castros. Los "mouros" y las "mouras" son personajes característicos de la mitología gallega que suelen ser protagonistas habituales de nuestras leyendas.
Dicen que los "mouros" iban a comer de noche a Xoios, en A Laracha, al otro lado del castro de A Torre, y que en una sola noche construyeron las iglesias de San Tomé de Monteagudo y de San Pedro de Soandres pasándose las herramientas por el aire.
Cuenta la leyenda que, cerca de A Torre, donde confluyen los ayuntamientos de A Laracha y Carballo, se ven también las tres hermanas santas: la Virgen de la Estrella de Monteagudo, Santa Irene do Castrillón y Santa Marta de Coiro.
La leyenda de la ciudad sumergida de los Bajos de Baldaio
No sabemos si en los fondos de nuestra laguna de Baldaio estará asentada la Atlántica como ideó la rica imaginación del pintor y escritor Urbano Lugrís. Eso sí, son varias las leyendas populares que dicen que en Baldaio hay una ciudad sumergida, de nombre Galilea, que estaría situada en los Bajos de Baldaio, especie de montaña hundida bajo el mar que está situada frente a nuestro litoral.
Se dice que en los días claros y de aguas cristalinas se pueden ver, alumbrados por los rayos de sol, los escalones de la escalinata principal de la casa grande de Galilea y escuchar las campanas de la ciudad sumergida.
Hay quien cuenta que esta ciudad fue inundada como castigo divino, porque la vecindad del lugar no quiso darle posada a Jesús cuando vino a predicar por estos lares junto a San Miro y Santa Marina. Otra leyenda dice que fue un fuerte temporal lo que hizo desaparecer bajo el mar una ciudad −no sabemos si Galileo u otra− que estaba situada frente a las parroquias de Lema y Rebordelos.
La leyenda de la Eira das Meigas
La leyenda nos dice que en el Monte Neme estaba la Eira das Meigas, que en el San Juan se reunían en este lugar coincidiendo con la llegada del solsticio de verano. De ese carácter mágico de la zona daba fe un antiguo crómlech, derribado en el siglo pasado por la construcción de pistas en la zona.
Al parecer, en el San Juan todas las brujas de la zona hacían su aquelarre, especie de "congreso" en el que se juntaban con el demonio, en forma de macho cabrío, y daban cuenta de sus fechorías. Antes de ir para el Monte Neme, se lavaban y se preparaban en la Fuente de las Meigas, de Rabo de Lobo, en Tordoia, o en la Fuente de Amén Jesús, en San Paio da Devesa (cerca de la cascada de Entrecruces). Eso sí, de camino al Monte Neme tenían gran cuidado de esquivar la iglesia de Santa María de Ardaña, donde se dice que la estatua de San Vicente le quita el "meigallo" [maleficio] a los niños.