La Ruta de los Molinos del Pan es un sendero de 8,5 kilómetros que une los únicos molinos que se conservan en el Anllóns a su paso por el municipio. El Ayuntamiento acondicionó hace unas semanas una parte del recorrido que hasta ahora era intransitable, con el objetivo de ofrecer una alternativa más de ocio saludable que se suma a la ya consolidada Ruta de las Férvedas (PR-G 142) o al Paseo del Anllóns, con el que la Ruta de los Molinos del Pan comparte una parte del recorrido.

El proyecto de la Ruta de los Molinos del Pan surge de la vinculación histórica entre el agua y el pan. La ruta comienza en el Molino de A Cheda, una construcción centenaria que dejó de utilizarse no hace muchos años, pero que se conserva prácticamente intacta en un entorno de enorme belleza.

Caminos de pescadores

En este punto, al que se accede desde la AC552 justo en el límite entre los municipios de A Laracha y Carballo, arranca un recorrido muy utilizado por los pescadores. De hecho, el Ayuntamiento de Carballo limpió el margen izquierdo del río siguiendo ese sendero, que ahora está transitable a pie desde A Cheda hasta el Puente de Bértoa. En este nuevo tramo, probablemente desconocido por muchos carballeses y carballesas debido a las dificultades de tránsito que ofrecía hasta ahora, los caminantes pasarán por otros puntos de interés como el antiguo Molino del Moreno, sede actual de la Protectora dos Amigos dos Cans [de los Amigos de los Perros]; el refugio de Bértoa, que pertenece a la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, y la Ponte Ferreira.

Del Bosque hasta el Molino del Quinto

A partir del Puente de Bértoa la ruta discurre por el Bosque del Añón y los parques urbanos del San Martiño y el Anllóns hasta enlazar con el paseo que conduce hasta el Molino del Quinto, el único que sigue en funcionamiento en el municipio, aunque hoy está totalmente automatizado, y que abastece de harina del país a la práctica totalidad de los panaderos de Carballo y de la zona. La producción actual se sitúa en los 2.500 kilos de harina al día.

Tanto en el Molino de A Cheda como en el del Quinto, unas señales de dirección orientan a las y a los caminantes hacia ellos y unos paneles informativos indican la distancia y el tiempo de duración aproximado de la ruta, que ronda las dos horas, los pasos que hace falta dar para recorrerla y las calorías que se queman, tomando como base una persona de estatura y peso determinados y en buenas condiciones físicas, reforzando así el carácter saludable de la ruta.

 Las personas interesadas tienen a su disposición folletos informativos de estas rutas en la oficina de turismo del Museo de Bergantiños y en los edificios municipales. Quien quiera un avance, puede sumergirse de lleno en la ruta en este hermoso vídeo que adjuntamos a esta información.