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"Sondeseu es basicamente movimiento, fuerza, energía. Despierta las ganas de bailar"

Rodrigo Romaní estará este viernes en Carballo con Sondeseu, la primera orquesta folk de Europa

Rodrigo Romaní, en una foto de Rafael Ojea

Rodrigo Romaní, en una foto de Rafael Ojea

Rodrigo Romaní, músico de larga trayectoria en el folk gallego, es en la actualidad el director de Sondeseu, la primera orquesta folk de toda Europa, que este viernes estará en Carballo para iniciar la gira de su último trabajo, "Danzas brancas". Todo un experimento y una experiencia, desde luego única, escuchar en armonía voces, harpas, gaitas, zanfonas o violines, que ponen en escena case medio ciento de artistas instrumento en mano.

-Carballo va a ser el punto de partida de la gira de vuestro último trabajo, "Danzas brancas", ¿verdad?

-Sí, efectivamente. Hubo una presentación oficial en Vigo, en diciembre. La gira, que se compone de cinco conciertos, comienza en Carballo, y continuará después por Lugo, Ourense, Santiago…  

-¿Por qué comenzáis la gira en Carballo?  

-Por la generosidad de la propuesta del Ayuntamiento, que fueron los que nos llamaron para ir, y nosotros aceptamos encantados. Desde el punto de vista de Cultura, Carballo está funcionando muy bien. Es toda una referencia.

-¿En qué consiste este "Danzas brancas"?

-"Danzas brancas" repite el esquema de los otros discos. Es música tradicional con arreglos contemporáneos hechos para orquesta especialmente por las personas encargadas de las secciones. Concretamente, en este álbum van cosas mías, de Xaquín Xesteira, de Anxo Pintos y Xosé Liz. Esos temas son, o bien compuestos, ad hoc, o bien de inspiración tradicional y con el lenguaje de la orquesta en plan contemporáneo. Hay también un homenaje al repertorio de los grupos folkie, con una versión de "O mandil", la famosa pieza del primer disco de  Berrogüetto, una versión que hizo especialmente, Quico Comesaña, quien arregló la canción en orígen Ahora que se deshicieron, adquiere un carácter especial de homenaje. Kepa Junquera colabora también con una rumba que edita en su disco "Galiza" en una versión diferente.

Sondeseu no sólo fue la primera orquesta folk en Europa, sino la impulsora de la Red Europea de Orquestas Folk

-¿Por qué ese título, "Danzas brancas"?

-Una de las piezas se llama "Folerpas de danzas brancas". Es una versión de una danza de Marín. Las danzas blancas se llaman así porque, en muchas de sus modalidades, los danzadores y las danzadoras vestían de blanco. Son las danzas gremiales, que desde la Edad Media hasta ahora estaban vinculadas, en principio a los ritos de la naturaleza, y después a festividades de la iglesia cristiana. Todas ellas forman un género muy bonito, y que en particular, en Galicia, tienen una forma muy interesante. Nos gustó la imagen de las folerpas [copos de nieve] cayendo y bailando. Esa imagen nos sugirió movimiento. Sondeseu es básicamente movimiento, pues centra su expresión en el movimiento, en la fuerza, en la energía. La gente dice que Sondeseu le despierta las ganas de bailar inmediatamente.  

-La vuestra es la primera orquesta folk en Europa…  

-Fue la primera. Transcurridos unos cuantos años, ya cuando la orquesta tenía un par de discos en el mercado, se nos ocurrió buscar ayuda europea, y presentamos un proyecto que salió adelante, la ENFO (European Network of Folk Orchestras), una red de orquestas europeas, que pretendía que se formasen otras orquestas similares, puesto que no encontrábamos ninguna en Europa. Como resultado, se creó una muy similar a Sondeseu en Finlandia, la Sibelius Academy folk big band. Hay otra en Letonia, y después podemos encontrar grupos de conservatorios pero que no tienen la estabilidad de Sondeseu o la Sibelius Academy folk big band.

Rodrigo Romaní con Sondeseu

Rodrigo Romaní con Sondeseu

-¿Esto de ser pioneros como orquesta folk fue complicado?

-Fue realmente difícil, pero su fabricación no fue compleja, porque fue toda una evolución de un aula de la E-Trad, la Escuela Municipal de Música Folk y Tradicional del ayuntamiento de Vigo, que es a donde pertenece Sondeseu. Poco a poco se fue desarrollando, como un proceso natural. Eso no quiere decir que sea sencillo, pues supone mover cuarenta personas.  

-Ensamblar instrumentos tan distintos tiene también su dificultad…

- Esto es lo que nos rompe más la cabeza: conseguir con estos instrumentos que no fueron pensados para tocar juntos algo similar a la clásica, donde todo está pensado para que los instrumentos estén equilibrados entre sí. Nosotros aún no pudimos llegar a esa fórmula de equilibrio que nos permita, sin ningún micrófono, poder sonar de manera compensada. Las gaitas suenan mucho más que las arpas, que a su vez suenan más que las zanfonas, que a su vez se llevan mal con la percusión… Concierto tras concierto, intentamos buscar la fórmula ideal entre el sonido natural y el amplificado. En Carballo, vamos a hacer un concierto semiacústico. Hay unas secciones que van amplificadas y otras a pelo, sin ninguna amplificación.

-Sondeseu aprovecha piezas populares para su repertorio. ¿Cómo valorarías la zona de Bergantiños en cuánto al patrimonio de la música popular?

-El repertorio de A Costa da Morte y de la comarca de Bergantiños está muy metido en la música tradicional y son frecuentes las referencias a esa zona. Bergantiños, Costa da Morte y la zona de Pontevedra, la sierra del Suído, son zonas muy musicales, a donde han ido muchos investigadores a recoger material.

"El futuro está fuera hoy por hoy. Poder vivir de la música aquí es muy difícil. Aun así hay gente que se quiere quedar. Es consciente de la situación y pasa por no tener trabajo o por ir malviviendo para poder seguir oliendo los perfumes de la tierra"

- La música tradicional sigue siendo una de las grandes ausencias en los conservatorios oficiales de educación reglada…  

-En toda Galicia sólo hay un conservatorio superior, el de Vigo, con una titulación en instrumentos de la música tradicional pero predominando sobre cualquiera otra materia la gaita. En el grado medio, también en Vigo, hay esa especialidad pero centrada también en el mundo de la gaita. En escuelas de música municipal, hay algunas con algún departamento, pero siempre la gaita y la percusión llevan toda la dedicación. La E-Trad, nuestra escuela, introduce la gaita y la percusión en el contexto de la música tradicional y popular y de la música folk, modernamente, que incluye muchas cosas, no sólo la dedicación intensiva a gaita y percusión, sino que se mezclen con el canto, con el violín folk, con instrumentos más recientes como arpas o los buzukis… Especializarse en un instrumento como la gaita, que tiene un registro muy corto, está muy bien pero no requiere una titulación superior.


-¿Cómo debería ser una titulación superior reglada basada en la música tradicional? 

-Entendemos que una titulación superior reglada tiene que ser otra cosa, un currículo basada en un conjunto muy equilibrado de elementos. Para los tiempos que corren, en los que llevamos más de 30 años de folk gallego, donde hubo creaciones nuevas que se mezclaron con creaciones tradicionales, hay también un mundo que tiene que formar parte del conocimiento a nivel superior. Eso es en lo que están en el conservatorio de Vigo, pero no les es tan fácil, porque la enseñanza reglada está muy controlado desde la administración correspondiente, en este caso, la Xunta, y no tiene la elasticidad que tenemos en la E-Trad como escuela municipal, donde, al no ser un centro de enseñanza reglada, tenemos libertad para hacer el currículo

Sondeseu, actuando

Sondeseu, actuando

-Tú, que ya tienes una experiencia larga en el mundo de la música tradicional, que has vivido momentos más dulces, como el boom del folk años atrás, ¿qué le aconsejarías a la gente joven que, hoy por hoy, lucha contra los elementos para abrirse camino?

-Mi corazón está repartido entre el consejo de irse fuera, porque la vida está fuera, y el consejo de no irse fuera, porque si te quedas ayudas a desarrollar el país. Esto realmente está muy complicado. Realmente el futuro está fuera hoy por hoy. Poder vivir de la música aquí es muy difícil. Aun así hay gente que se quiere quedar. Es consciente de la situación y pasa por no tener trabajo o por ir malviviendo para poder seguir oliendo los perfumes de la tierra. Se me hace pavoroso el futuro de esta gente. La verdad es que la política está arrasando con la cultura, el poder político está destruyendo la cultura, no sé si consciente o inconscientemente, si por osadía o por desidia. Está destruyendo el tejido cultural del país, de toda España. Hay muchísima gente que se está yendo. Y no es un problema sólo de Galicia o de la música. Están destruyendo el país y va a costar mucho reconstruirlo.


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