Lasaña con boletus y castañas
Cocinando en la trattoria Vesubio
El Vesubio fue el primer local de comida italiana que se abrió en Carballo, hace ya más de dos décadas y, hoy en día, sigue siendo el único con menú y espíritu de restaurante, más allá de la típica pizzería. Desechan el concepto de comida rápida, "aunque nosotros seamos rápidos", dice, con humor, el cocinero y propietario, Miguel Giaquinto. Lo suyo es la comida preparada con esmero. Al Vesubio (Avenida Ponte da Pedra, 24, tfno. 981 70 18 84) lo diferencian la materia prima y el modus operandi directamente importados de Italia, como nos muestran con esta lasaña con boletus y castañas.
Ingredientes para seis persoas
1 kg de boletus
1/2 kg de castañas cocidas
Salsa bechamel
Queso parmesano
Placas de lasaña
Ingredientes para la bechamel:
Aceite de girasol, manteca, leche, harina y nuez moscada
Preparar la bechamel y la pasta de boletus y castañas
Calentamos el aceite y la mantequilla juntos. Para litro y medio de leche, empleamos medio vaso de aceite, 30 gramos de mantequilla y alrededor de 50 gramos de harina. Removemos todo, añadimos la leche y seguimos removiendo. Añadimos la nuez moscada.
Doramos los boletus y las castañas en el aceite de oliva con ajo picado. Es conveniente, para intensificar el sabor, dejar macerar el ajo picado en el aceite al menos dos días. Los boletus no los lavamos, sólo le limpiamos la base con un cuchillo de sierra. Añadimos un vaso de vino blanco y un vaso de agua.
Removemos y dejamos que se hagan (como mucho, diez minutos). Le damos el toque picante incorporando una salsa a base de aceite napolitano y guindilla. Con esto nos queda ya una pasta bien sabrosa pero, además, en la trattoria Vesubio incorporan otros dos ingredientes, que prefieren dejar en secreto, y que hacen que su lasaña sea única.
Preparar la lasaña
Incorporamos, en el fondo del molde que vayamos a utilizar, una base de bechamel para que la lasaña no se pegue. Por encima, una capa de placas de lasaña, y después otra capa de boletus y castañas (es importante que la pasta quede bien distribuida).
Cubrimos con una buena capa de queso parmesano, que es lo que le da sabor al plato, otra capa de placas, salsa bechamel y una última capa de queso parmesano.
Lo echamos al horno, un cuarto de hora a 300 grados, hasta que se gratine.