"Me gustaría que este taller no fuese un hecho aislado sino con un proyecto de futuro"
Manuel Facal, el artista carballés más internacional, imparte en el Fórum un taller de grabado
Ese niño que, en el Carballo de los años cuarenta, pintaba con tiza de colores en las aceras y en las paredes, ese joven que tuvo la necesidad de volar lejos para calmar su sed creadora, es hoy el artista carballés más internacional. Manuel Facal (grabador, escultor, pintor, artista integral…) estará esta temporada en la capital bergantiñana impartiendo un taller de grabado en el Fórum para las y los artistas locales. Aprovechamos para hablar con él y para curiosear en el taller de grabado, entre papeles, tórculo, metal, aguafuerte y colores.
-¿Qué importancia tiene un taller de este tipo para un pueblo como Carballo?
-Para mí, que pueda existir esa posibilidad es un hecho un tanto insólito. Yo nací en Carballo y, para aprender a grabar, tuve que ir a Londres. En España, en aquel momento, sólo se podía hacer en Madrid, Sevilla y en Barcelona, en grandes capitales. Entonces era impensable que en un pueblo, como Carballo, pudiera haber un taller de grabado. Pasaron bastantes años desde entonces, y hoy ya existen muchas más posibilidades. Hay un centro de grabado, muy interesante, en Betanzos, y también la facultad de Bellas Artes de Pontevedra.
-El taller comenzó el 19 de noviembre. ¿Qué tal va transcurriendo?
-Pienso que muy bien. La gente se ve interesada y creo que está contenta, aunque habría que preguntarle a ellos. Tienen una edad entre 30 y 40 años aproximadamente. Case todos son pintores de la zona de Carballo. Tenemos dos grupos, de ocho y de seis personas, y un tercero que comenzará alrededor del mes de enero. La idea es que, una vez terminado el taller, siga abierto. No todo el mundo puede montar en la casa un taller de grabado, por cuestión económica y de espacio. Es importante que haya un espacio al que la gente pueda acceder sin tener que montar un taller de grabado en la casa.
-¿Cómo ha estructurado el taller de grabado?
-Es puramente experimentación, como un hecho muy libre, no sujeto a academicismo, sino procurando un arte abierto.
-¿Qué le gustaría conseguir con su alumnado?
-Darle continuidad, que tenga vida, que no sea un hecho aislado y puntual, sino dinámico y con un proyecto de futuro. Que no sea un cursillo del que no queda nada, sino que haya posibilidad de que la gente siga trabajando.
-¿Usted estaría dispuesto a continuar?
-Yo no, yo sólo estoy para iniciarlos. Me refiero a que venga gente de otras latitudes a renovar y continuar este proyecto.
-¿Qué le puede aportar el grabado a las y a los artistas de Carballo?
-Hoy en día la situación está económicamente muy floja pero, hace años, había la posibilidad de vender mucha obra de grabado. No era muy costosa y era accesible a todos los mercados. Hoy en día, con esta situación económica tan deficiente, es más complicado.
-¿Cómo ve la situación artística de Galicia?
-Muy mal, porque bajó mucho la demanda y el interés, fundamentalmente por fundaciones, por ayuntamientos, por bancos, cajas y museos, que en los últimos años estaban adquiriendo mucha obra. Pero ahora con esta crisis…
-¿Y en cuanto al nivel de la creación artística?
-Mucha gente no puede pensar ahora en perspectivas artísticas, en sobrevivir del arte. Eso corta la ilusión, y los proyectos de gente que le gustaría dedicarse al arte.
-Sin embargo, el hecho de que se creasen instituciones como el CGAC (el Centro Gallego de Arte Contemporáneo) o la facultad de Bellas Artes tuvo un papel importante para formar creadores en Galicia?
-Sí, pero ahora no hay salida para esa gente. Incluso en la enseñanza artística es difícil encontrar salida para estas personas, porque hay limitación de plazas.
-¿Qué importancia pueden tener las artes plásticas para un pueblo como Carballo?
-Tanto para un pueblo como Carballo como para una gran ciudad, las artes plásticas son importantes para educar la sensibilidad. Para una formación integral y humanística es imprescindible no sólo hacer arte, sino ver y habituarse al arte. Es, además, fundamental para la creación de libertad, de comunidad.
-Usted no tiene residencia fija en Carballo, pero de algún modo se sigue sintiendo como si viviese aquí…
-Estoy bastante en contacto con Carballo. Tres o cuatro meses del año los paso en Carballo.
-¿Cómo influyeron Carballo y Bergantiños en su obra artística?
-Nací en un contexto tan pobre como era el de Carballo de los años cuarenta, en la posguerra. Imagínate lo que era Carballo entonces. No existía ningún rastro de expectativas de algo que fuese cultural. Eso me obligó, como revulsivo, a procurar otras expectativas que no fuesen las de Carballo de los años de posguerra, me llevó a huir de esa situación.
-¿Dónde encontró usted esas alas?
-Viajando, por Francia, Italia… Descubres que existe otro mundo más ideal. Viajar es fundamental. Yo, a los quince o dieciséis años, ya había viajado al extranjero. Recuerdo comprar en Francia música clásica, algo que aquí era insólito en esos tiempos.
-¿En qué momento nace en usted la inquietud artística?
-De niño, en la infancia.
-Ya cuando era niño, aquí en Carballo, ¿sentía esa necesidad?
-Sí, sentía esa necesidad de búsqueda, de apartarme de esa mediocridad del ambiente. Comencé dibujando, en las aceras, y en las paredes, con tiza de colores, cosas figurativas, que era lo que podía pensar en aquel momento.
-¿Qué cree que va a quedar en usted de carballés por mucho que viaje?
-Los orígenes, es irrenunciable e imposible de borrar, son marcas, genética que está ahí y que no la puedes obviar.
-Algo genético, ¿incluso?
-Sí, seguro…
-¿Cómo se manifiesta en su personalidad, en su vida, la impronta de Bergantiños?
-De Bergantiños, son determinantes el mar, la costa, los prados de la zona.
-El mar tiene, de hecho, una influencia en usted a la hora de crear…
-Sí, mucha. Naces en él y es algo que forma parte de tu contorno y de ti también, como persona que forma parte de ese paisaje.
-La influencia del mar se ve en las dos esculturas que hizo en años recientes para Carballo, como O Escalo y O Peixe…
-Sí, esta clarísimo. Son elementos muy plásticos. Un pescado es algo muy plástico y muy simple a la vez, un elemento fundamental en toda Galicia, para comer y para contemplar.
-¿Por que pensó en un pescado para hacer esas dos esculturas?
-No fue tanto pensar, sino algo muy inmediato, simple, sencillo de realizar, que fuese significativo y transparente, que no fuese una escultura cerrada, sino abierta, para dar visibilidad, ligereza y dinamismo.
-En esas esculturas, usted puso su mano de obra de manera gratuita. También donó otras dos obras: en 1988, una pintura para la casa consistorial, y hace poco, una serigrafía para el Fórum ¿Por qué esa generosidad?
-En primer lugar, para colaborar con el ayuntamiento, obviamente, dada la posibilidad que me abrieron. Y luego, para dejar claro que no había un interés económico.