Fiestas
San Juan
Fogata de San Juan
Carballo renace cada San Juan, la fiesta grande del pueblo y una de las más conocidas de la comarca, intensamente esperada, año a año, por mayores y niños. Desde las fogatas que inauguran la fiesta hasta la romería del Bosque, al lado del río Anllóns, que la cierra, Carballo se convierte en un gran escenario para la diversión, para la alegría, para celebrar que llega el verano y la vida explosiona en toda su hermosura un año más.
Las fiestas reúnen tradición y modernidad. En nuestro San Juan, artistas de moda bien conocidos en la escena musical del momento comparten cartel con la música de las orquestas y con artistas locales.
Cada cual espera por el San Juan con expectación por uno u otro motivo. Los pequeños, para disfrutar de las arriesgadas atracciones que llenan el parque del San Martiño, al lado del Anllóns. La juventud, para sumergirse en la animada noche del pueblo. La gente mayor, para encontrarse con la familia delante de un buen plato de comida o con la gente amiga y conocida en la calle.
El San Juan también es una oportunidad para conocer a las y a los creadoras locales en los conciertos y exposiciones organizados ex profeso para estas fechas, y a deportistas y equipos de la zona, que compiten en torneos especiales preparados para las fiestas. Y también para participar en los concursos más peculiares y ocurrentes, como en la bajada del Anllóns, con curiosas embarcaciones que compiten en originalidad y arrojo, o el concurso de barcos de papel, en la romería del Bosque.
Las fiestas parroquiales
Es habitual desperezarse en las mañanas del verano con las bombas de palenque anunciando fiesta en alguna parroquia vecina. Las gentes, las casas, las aldeas y el campo de la fiesta, visten sus mejores galas para celebrar que, un año más, estamos juntos, seguimos juntas, y somos comunidad. Porque las fiestas patronales son ese momento del año en el que todo el mundo vuelve a los orígenes: la gente que emigró, los hijos e hijas que ya abandonaron el hogar, los amigos y amigas de la infancia ...
Los campos de la fiesta se llenan por estas fechas de una energía muy especial. Generaciones más jóvenes y más viejas coinciden una vez en el año en el mismo escenario de ocio nocturno: la verbena. A alguna de las parroquias del municipio vienen las orquestas de más fama del momento, gracias a las aportaciones que la vecindad hace de su propio bolsillo. Todo es poco porque, por estas fechas, cada parroquia quiere lucir la más hermosa.
Es este el momento propicio para encontrarse, para disfrutar, para enamorarse, para celebrar que, pase el tiempo que pase, estemos donde estemos, una vez al año seguiremos encontrándonos en ese mismo punto: el campo de la fiesta.
Las fiestas gastronómicas
Dime qué comes y te diré quién eres. Carballo es, como no, su comida: su pan, sus patatas, los productos de su mar y de sus tierras ... En verano, el municipio se llena de fiestas gastronómicas, en las que se honra el goce del buen comer.
Las más veteranas son la fiesta del pan de A Brea, la del Berberecho, en Imende, y a "Mexillonada", en Santa Irene do Castrillón, en Lema. En el lugar de A Brea, en Carballo, viven y trabajan alguno de los mejores panaderos y panaderas de la zona, transmisores del buen hacer del afamado pan de Carballo. En Imende, el sábado de la penúltima semana de agosto podemos degustar uno de los productos estrella de la laguna de Baldaio, su berberecho. En Castrillón, lugar con hermosísimas vistas de la costa carballesa, desde Razo a Baldaio, y también en agosto, podemos degustar los mejillones al vapor y en empanada que nos preparan las y los vecinos de la zona.
Junto a ellas, tenemos alguna de más reciente creación. En Cances se celebra la del "pichorro", la espiga de maíz cuando aún es tierna y joven. Se prepara asada y acompañada de otros productos como los pimientos y los cachelos. En Oza, precisamente, tiene lugar la fiesta del cachelo, la patata cocida que se cocina con la piel, y que la asociación vecinal del lugar prepara ese día junto con carne a la brasa y sardinas. La celebración tiene lugar a finales de agosto, en la época en que las y los agricultores de la zona están recogiendo las cosechas de patatas.