"Yo trato de transmitir lo que me produce a mí tocar, que es mucha alegría"
Begoña Riobó, violinista
Esa chavala que, con 15 años, y ya algo tarde, comenzó a aprender a tocar el violín, poco podía imaginar que acabaría siendo definida cómo la violinista gallega con mayor proyección. El suyo fue un aprendizaje autodidacta, de oído, porque no encontró donde aprender violín con los ritmos gallegos tradicionales. Este viernes estará en Carballo, a las diez en la Plaza del Ayuntamiento, presentando ya temas del que será el segundo disco de su formación.
-¿Cómo está siendo para "Riobó", tu banda, el verano?
-La verdad es que este verano está siendo bastante activo, a pesar de este parón a causa de la crisis. Llevamos ya unos años bastante bastante parados pero este año hay un ligero repunte. También tú adaptas un poquito los cachés, pero además parece que la gente tiene menos miedo a salir y a consumir, también música. Estamos, además, preparando un nuevo trabajo discográfico, que esperamos tener en el próximo año, y del que ya presentaremos temas en el concierto en Carballo.
-¿Qué nos puedes adelantar de ese nuevo proyecto?
-Vamos a seguir mostrando lo que el grupo hace en sus directos. Nosotros nos basamos en la música instrumental. El primer disco estaba basado casi en su totalidad sobre temas en repertorio de gaita adaptado al violín y a la sonoridad del grupo. El grupo está conformado por cinco personas y tenemos gaitero, pero el violín es piedra angular. En ese primer trabajo, la música estaba sacada del repertorio tradicional gallego con algún que otro tema de autor, como el que compuso Xosé Liz, aunque con raíz gallega. En este próximo trabajo, la gente del grupo ya está empezando a introducir sus propias composiciones, aunque basándose en el repertorio tradicional, sin retorcer demasiado las fuentes, los ritmos y géneros de los que bebemos. En el primer disco, yo marqué un poco más la pauta. Ahora ya todos estamos mucho más implicados en el proceso. Eso es lo que ofrece el nuevo disco, que espero que salga a finales de este año.
-¿Como va el proceso de preparación de este nuevo trabajo? ¿En qué fase estáis?
-Estamos terminando los arreglos del repertorio. Esperamos tener una primera maqueta en septiembre para ver si nos convence todo y en octubre-noviembre grabarlo. A nosotros nos gusta grabar como si fuese en directo, sin claquetas ni guías, no por pistas o por instrumentos aislados, sino todos juntos. Es difícil hacer edición sobre eso y por eso mismo el trabajo es un poco más lento pero creo que el resultado final merece mucho la pena.
Tradicional y exótico
"Tenemos cosas en común ─a mí me gusta hablar de las músicas atlánticas, más que célticas─ pero la música gallega tiene, además, algo de América del Sur, algo de Portugal… y eso es lo que resulta exótico."
-¿Es la primera vez que estás en Carballo?
-Es la primera vez que voy con mi grupo, pero ya estuve en Carballo bastantes veces. Yo sigo formando parte de la orquesta Sondeseu, y con ella estuvimos varias veces. Soy consciente de que Carballo es uno de los pocos ayuntamientos en Galicia que apuesta por la cultura gallega, ya no sólo por la música tradicional. Gente con esa conciencia es mucho de agradecer. Se ve en los carteles de lo que se programa cada año la presencia de la música y del arte gallego.
-¿Qué sensaciones quieres transmitir sobre del escenario?
-En principio, yo trato de transmitir lo que me produce a mí tocar, que es mucha alegría. Yo siempre invito a la gente a bailar. Hacemos música muy acústica y puedes simplemente escuchar y pararte en los detalles, pero yo como más gozo es viendo que la gente participa en el proceso. Si estoy tocando una muiñeira y la gente baila, cobra mucho más sentido. Lo que pasa es que la gente es muy tímida. Yo espero que participen como quieran: o escuchando o bailando.
-Has comentado en alguna ocasión que a violinistas de otros países le suena exótico el violín tocando música tradicional gallega. ¿Por qué?
-Yo aprendí mucho escuchando músicos escoceses, irlandeses… pero la música con la que me sentía identificada era gallega. Cogí referencias de los gaiteros y de los violinistas gallegos, basándome siempre en la música tradicional gallega. Cuando a estos violinistas extranjeros les tocas, sí que notan algo distinto. Tenemos cosas en común ─a mí me gusta hablar de las músicas atlánticas, más que célticas─ pero la música gallega tiene, además, algo de América del Sur, algo de Portugal… y eso es lo que resulta exótico.
Autodidacta
-Eres profesora en la E-TRAD, la escuela municipal de Vigo de música folk y tradicional. ¿Eres docente por vocación o por necesidad?
-Si pudiese vivir sólo de tocar me encantaría, pero la cosa está bastante complicada y la salida natural para un músico es la docencia. Parece que es el patito feo lo de dar clase. Al principio fue como una ayuda para salir adelante, pero terminas descubriendo muchas cosas. Yo ahora tampoco entendería mi vida sin esa parte de la docencia, ya no sólo por lo que aprendes de ti misma para transmitir lo que sabes. Es también aprender de la gente a la que estás enseñando. Y, por otra parte, además de enseñarles a tocar un instrumento, les abres la puerta a la conciencia sobre la música. Acabo formando público. Mis alumnos ahora valoran mucho más lo que ven sobre el escenario cada vez que van a un concierto.
-¿Cómo llegaste a formarte en la música tradicional? En los conservatorios oficiales no suele haber este tipo de enseñanzas…
-Yo tuve bastante suerte. En la E-TRAD soy docente de arpa céltica y tuve suerte de tener maestro de arpa céltica. Aprendí a tocarlo en lo que fue el germen de la E-TRAD y allí ya había gente con mucha valía. A mí me enseñó Rodrigo Romaní. Como violinista sí que me formé de modo autodidacta. Entonces valoro esas dos vías: todo lo que aprendes sola, a través del oído y de la búsqueda, y también todo lo rápido que puedes ir si tienes una persona que te guía, que fue lo que hizo Rodrigo.
Aprendiendo de l@s grandes
-¿Cuándo comenzaste con el violín?
-Con el violín empecé bastante tarde, con 15 años. No había conservatorios de música tradicional, y la única opción era a través de la enseñanza reglada o con profesores particulares, pero siempre dentro de la música clásica. Yo siempre tuve inquietudes sobre la música tradicional. Estuve estudiando tres o cuatro años violín clásico, pero de modo paralelo siempre traté de tocar música tradicional porque era la música que más me movía. Cuando tuve que tomar una decisión, me decidí por la música tradicional pero esa vía la tuve que caminar yo sola, de modo autodidacta, aprendiendo de los discos que llegaban a mis manos. Yo cogí una profesora particular en Vigo e iba poco a poco. No tenía intención de llegar a ser profesional. Simplemente me apetecía y al final fue algo que me enganchó. Yo cogía el instrumento todos los días y practicaba porque me apasionaba y al final acabó convirtiéndose en mi herramienta de expresión. La música tradicional la fui asumiendo yo, tratando de sacar cosas de oído de lo que escuchaba: Muxicas, Milladoiro, música de gaita…
-Supongo que también aprendiste mucho de la gente con la que tocaste: Carlos Núñez, Susana Seivane, Anxo Lorenzo, Sondeseu..
-Aprendes el oficio, estar encima de un escenario, tener un grupo, o ser más o menos profesional de la música… Yo case siempre estuve implicada en las bandas de gaiteros, y eso obliga a adaptarte a su forma de tocar, y también aprendes. Con Carlos Núñez fueron siete años trabajando juntos, y además él tenía esa idea de fusión con otras músicas. Colaboré con Anxo Lorenzo, con otro concepto muy virtuosístico, más próximo a lo que sería música irlandesa. Estuve con Susana Seivane, una mujer alucinante, un monstruo del escenario, y aprendí mucho de verla encima del escenario y de su trato con el público. Es una profesional impresionante. Con Sondeseu, fue muy bonito porque formo parte de la orquesta desde que se formó. Al principio era gente que salía de la escuela de la música tradicional que en muchos casos nunca se había subido a un escenario. El comienzo fue tremendamente mágico. Es impresionante por la energía que produce. Yo lo paso muy bien con ellos. Evidentemente estás muy dirigido. Son arreglos hechos para orquesta por gente que conoce muy bien la orquesta y es un gustazo poder participar de esa experiencia.